Por Stephanie Giraldo
Psicóloga coordinadora del Workshop INTEGRAL
El autoconocimiento es una de las habilidades más importantes a desarrollar como seres humanos y es una tarea que dura toda la vida. Estamos en crecimiento y cambio constante, lo que implica que constantemente también debamos estar construyendo y reforzando el puente que conduce hacia nuestro interior.
Bradverry y Greaves (2012) autores del Libro Inteligencia Emocional 2.0 reconocen el autoconocimiento y la conexión interior como habilidades fundamentales para el buen rendimiento laboral e incluso aseguran que sus estudios demuestran que el 83% de las personas con buenos niveles de autoconomiento presentan un mejor rendimiento en las tareas que les son asignadas que quienes no lo tienen.
Conocernos, saber quiénes somos en cada momento de nuestra vida, con que fortalezas y con qué debilidades contamos, es la mejor forma de saber también con que herramientas contamos para lograr nuestros propósitos y en cuales definitivamente necesitamos trabajar para ser mejores.
A pesar de ser tan famosa, la pregunta ¿Quién eres? continúa siendo una de las más temidas y difíciles de responder en cualquier ámbito en el que se plantee, pero si pensamos en el ámbito laboral y específicamente en una entrevista de trabajo, el describirnos a nosotros mismos se convierte en uno de los temas más difíciles para cualquier candidato.
Pues lastimosamente, nos hemos preocupado por crear tantos puentes con las personas que nos rodean o a veces aparentar que tenemos “tantas y tan variadas relaciones”, contactos o likes en nuestras redes sociales, que nos hemos olvidado dedicar tiempo al puente más importante de todos, el que nos lleva hacia la profundidad de nuestro ser y nos conduce a nuestra realidad más profunda, ese lugar donde se encuentran nuestras emociones, creencias, miedos o nuestras mayores virtudes sin explorar, lo que desde el coaching llamaríamos redescubrir aquello que no sabemos que sabemos.
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